El edificio Singer, situado en el cruce de la calle Broadway con la calle Liberty, se convirtió en el edificio más alto del mundo a principios del S.XX. Con 47 plantas y 187 m, fue fruto del proyecto redactado por el arquitecto Ernest Flagg y promovido por el empresario Frederick Bourne (presindente de la compañía Singer). Frederick Bourne, con el fin de ampliar la sede corporativa, adquirió unos terrenos colindantes donde se situaba la compañía y encargó el proyecto del edificio para la nueva sede en 1902.
Aunque en un principio se pensó edificar una construcción de menor altura (35 plantas), Singer convenció al arquitecto de edificar un edificio de mayores dimensiones, hasta llegar a las 47 plantas que finalmente se edificaron. A cambio, el arquitecto no colmató la manzana y liberó un espacio delantero a modo de plaza que sirviera de antesala de acceso, a la vez que se tenía en cuenta la repercusión que podría tener el edificio en el entorno urbano próximo (soleamiento).
Tras 20 meses de construcción, en mayo de 1908 fue inaugurado, convirtiéndose en el edificio más alto del mundo (superando al número 15 de Park Row).
En 1963 la empresa Singer vendió el edificio y a su vez fue declarado monumento de Nueva York. No obstante, y a pesar de sus características arquitectónicas y el lobby de acceso que poseía (uno de los espacios más característicos del edificio), en 1964 lo adquirió la empresa United States Steel Corporation y comenzó su demolición en 1967 para construir en dicha parcela el edificio que actualmente se levanta, el One Liberty Plaza.
A modo de curiosidad, este edificio se observa como telón de fondo de la ciudad de Nueva York en la película El Manantial.
Fotografías: Wikimedia
Fotografías: Wikimedia
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